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El impacto de la Economía Social en Chile está a la vista y en números. Este tipo de actividad, organizada sobre la base del principio de solidaridad y que no persigue el lucro, ha crecido desde 106 mil organizaciones en 2005 (según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) hasta 226 mil en 2015 (según un estudio de la Universidad Católica de Chile). Hoy Chile es el país de América Latina más densamente poblado de organizaciones de la Economía Social. A la par con este fenómeno, se creó el Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP) en 2009. Esta unidad de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago es dirigida por Mario Radrigán, uno de los mayores expertos nacionales en la materia, y tiene como principal objetivo estudiar, promocionar, divulgar y capacitar en los temas de economía social y solidaria, cooperativas, emprendimientos sociales y tercer sector. “El centro se creó con el propósito de generar una línea de trabajo y acción integral en el ámbito de la Economía Social y Cooperativa, generando un trabajo coordinado tanto en las líneas de investigación, como en las líneas de capacitación, asistencia técnica y extensión. Nuestro sello ha sido buscar el equilibrio y retroalimentación en esos cuatro ámbitos de acción, intentando que, cuando se desarrolle una iniciativa, se genere un contacto con los procesos formativos de los estudiantes de pregrado y con las actividades de investigación”, explica Radrigán. Conformada por cooperativas, fundaciones, mutuales, asociaciones gremiales, juntas de vecinos, sindicatos, organizaciones indígenas y comunitarias, la Economía Social aporta el 5% del empleo y el 3,5% del PIB. Aunque no han sido sistemáticas en el tiempo, ha habido avances en políticas públicas, algo en lo que CIESCOOP ha colaborado durante sus doce años en términos de asesorías y con más de cien proyectos orientados a la promoción, asistencia y educación en la materia.
En esa línea están orientados muchos de los proyectos que el centro mantiene vigentes con Empresas y Fundaciones USACH. Entre estos destacan importantes iniciativas de educación como el Diplomado en Gestión de Cooperativas y Economía Social y Solidaria, de promoción de Cooperativas Escolares y Universitarias, y de asesoría, desde la instalación de incubadoras de Cooperativas Inclusivas a nivel municipal hasta la implementación de la extensión de la red de agua potable en un sector rural en Paine. “Ha habido una serie de proyectos interesantes a nivel de formación, como el diplomado que lleva varias versiones ejecutándose en colaboración con EFUSACH, trabajo que también se ha hecho en el fortalecimiento de Cooperativas de Ahorro y Crédito e iniciativas en el ámbito del emprendimiento escolar de carácter asociativo. Para nosotros ha sido muy funcional el trabajo de las empresas y fundaciones porque se amolda a los requisitos de las fuentes de financiamiento”, dice. A lo largo de su existencia, CIESCOOP ha generado alianzas a nivel de organismos públicos (CORFO, SERCOTEC, INDAP, FOSIS, Gobiernos Regionales, SENCE), de redes académicas nacionales e internacionales, y de las propias organizaciones de la Economía Social. Dentro de su planteamiento estratégico existen líneas de trabajo marcadas como los temas de agua potable, recursos hídricos, emprendimiento escolar, inserción socio laboral de grupos vulnerables.
Asimismo, en los últimos cinco años el centro ha potenciando el trabajo con municipios y gobiernos regionales, los que han tenido una acción creciente en el fomento y apoyo de la Economía Social, particularmente en territorios pertenecientes a las regiones de Coquimbo, O’Higgins, Los Lagos y Los Ríos. “Nos parece relevante definir ciertos territorios donde tener una acción sistemática y permanente en el tiempo, de manera de evitar la dispersión e ir generando un trabajo que vaya arraigando en regiones, provincias y comunas, que va consolidando, creciendo y rindiendo frutos”, sostiene. Por último, Radrigán proyecta los desafíos de CIESCOOP: “Queremos potenciar el trabajo en el ámbito formativo en la educación básica, secundaria, universitaria y técnica, y también a nivel internacional con instituciones académicas y organismos de la Economía Social. Es interesante que exista más entusiasmo de los jóvenes y que haya un debate en el proceso constituyente para que la Economía Social y Cooperativa sea reconocida en la nueva Constitución”. |
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